Viajar en colectivo a Rosario se transformó en una odisea y en algo cada vez más caro. Quienes más lo padecen son jóvenes estudiantes y trabajadores que se trasladan a Rosario todos los días y que tienen que sortear dos barreras, el costo del boleto, y una escasa frecuencia del transporte, que empeora en el servicio por autopista.
A las quejas por el costo del boleto, que aumentó en febrero a $61.81 de San Lorenzo a Rosario por ruta 11 y a $82.75 por autopista, la empresa Rosario Bus decidió que los colectivos no podrán circular con pasajeros parados por esta vía rápida.
“En las líneas que toman por rutas con una velocidad mayor a 60 kilómetros por hora no se puede viajar parados”, afirmó Hector Zanda, subsecretario de Transporte de la Provincia de Santa Fe.
En el caso del colectivo por ruta no ocurre esta prohibición al tratarse prácticamente de una avenida, pero la situación cambia en arterias donde la velocidad llega a los 100 o hasta 130 kilómetros por hora, “una vez que ya pasa la zona urbana donde las velocidad son bajas, no se puede viajar parados. Es una lógica de seguridad”, aseguró Zanda.
Los coches de RosarioBus tienen 43 asientos que en horas pico, entre las 7, 8 , 12, 17 y 18 horas que es el horario donde se mueven mayor cantidad de jóvenes que estudian en Rosario, se llenan fácilmente, y muchos estudiantes se quedan en la parada hasta más de media hora esperando que llegue otro colectivo porque el servicio por autopista tiene servicios entre 30 minutos y 45 minutos.
Los usuarios han expresado sus reclamos en las redes en las cuentas de Rosario Bus pero no han obtenido respuestas.
En el caso de la empresa Serodino, la situación es la misma.
Consultado sobre la problemática, el concejal Hernán Ore señaló que se aprobó un proyecto de resolución en el concejo de San Lorenzo para exigir a las empresas Rosario Bus y Serodino mayores frecuencias.
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