Un grupo de diez trabajadores de una estación de servicio en la ciudad está atravesando una angustiante situación. Según relatan los empleados, la empresa, liderada por Alejandro Di Palma, se ha negado a pagar los salarios correspondientes al último mes y tampoco tiene intenciones de abonar la indemnización en caso de despido.
«El abogado de la estación nos dijo que el dueño no va a pagar ni sueldos ni indemnización, que hagamos lo que tengamos que hacer porque no nos van a dar nada», expresó uno de los afectados. A pesar de haber intimado a la empresa mediante una carta documento exigiendo el pago de sus haberes, los empleados no han recibido ninguna respuesta formal. «Nos dijeron que tampoco van a contestar la carta», agregó.
Los trabajadores, que hasta el momento no han sido formalmente despedidos, continúan asistiendo a sus puestos, ya que temen que de no hacerlo, su situación sea considerada como abandono de trabajo. “Nosotros seguimos viniendo porque si dejamos de hacerlo, la ley podría jugar en nuestra contra, pero es muy difícil seguir así», explican.
La situación se agrava con la presencia de un equipo de seguridad privada en el predio de la estación de servicio. «Nos están siguiendo, ayer empezaron a sacarnos fotos como si estuviéramos robando o algo así», comentó uno de los empleados, manifestando la sensación de vigilancia constante.
Además de la incertidumbre laboral, los trabajadores están pasando por serios problemas económicos. «Algunos de nosotros pagamos alquiler y tenemos hijos. No recibir el sueldo del mes y que nos digan que no nos van a pagar la indemnización nos pone en una situación muy desesperante», cuenta uno de ellos.
El Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio, Garages, Playas y Lavaderos Automáticos (SOESGPyLA) ha ofrecido apoyo legal a través de su abogado, pero hasta ahora no ha propuesto medidas más contundentes como un paro de actividades o manifestaciones. «El sindicato nos ayuda con el abogado, pero no parece que quieran ir más allá, no hemos visto una postura firme, como un paro o alguna otra acción que visibilice nuestra situación», se lamentan.
Este conflicto deja en evidencia una serie de irregularidades laborales y falta de respuesta por parte de la empresa. Los empleados, que aseguran haber llegado «al fondo», siguen exigiendo una solución urgente a un conflicto que, de no resolverse, podría derivar en un desenlace aún más complejo y dramático para ellos y sus familias.
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