Combate de San Lorenzo
Fuente: Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Combate_de_San_Lorenzo
Fecha 3 de febrero de 1813
Lugar provincia de Santa Fe
Resultado Victoria patriota
Beligerantes
Provincias Unidas del Río de la Plata España
Comandantes
José de San Martín Antonio Zabala
Fuerzas en combate
125 granaderos 250 hombres
50 milicianos 2 cañones
Bajas
15 muertos (en el día del combate, 16 luego de 8 días) 40 muertos
22 heridos 14 heridos y prisioneros
El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de febrero de 1813, junto al Convento de San Carlos Borromeo en la localidad de San Lorenzo de la Provincia de Santa Fe (Argentina), entre las fuerzas independentistas argentinas y las colonialistas españolas (realistas).
Historia
La ciudad de Montevideo — declarada por España como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata — era la principal base naval española en el océano Atlántico Sur; por tierra estaba sitiada por el ejército de José Rondeau, al que luego se sumaría José Gervasio Artigas. De modo que los españoles tenían que hacer uso del mar y del Río de la Plata para abastecerse. Frecuentemente, una escuadrilla realista salía de Montevideo en dirección al Paraná, y sus hombres merodeaban las costas robando los ganados.
Una expedición compuesta de once embarcaciones, que había salido de Montevideo con el propósito indicado, fue seguida paralelamente por tierra por el coronel de caballería José de San Martín, al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado por él.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron, deteniéndose cerca de la posta de San Lorenzo, situada a 26 km al norte del Rosario. En ese lugar existe el convento de San Carlos, donde — tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García — San Martín ocultó a sus granaderos, de modo que la escuadrilla realista no pudo observarlos.
Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse— estaba encabezada por José de San Martín; la otra estaba encabezada por el capitán Justo Germán Bermúdez.
El desembarco no se produjo enfrente del convento, como había previsto San Martín, sino en dirección al centro de la actual ciudad. Por ello, la columna de San Martín llegó antes de que la de Bermúdez completara el movimiento. Por un momento, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo de San Martín, que rodó y apretó una de las piernas del coronel, inmovilizándolo. Un enemigo iba a clavarle la bayoneta, cuando apareció el soldado sanluiseño Baigorria quien en ese preciso instante se interpuso, mató al soldado realista y comenzó una defensa heróica de San Martín. Mientras, el sargento Juan Bautista Cabral ayudó a San Martín a liberarse de la opresión del lomo del caballo sobre su pierna salvandole la vida. Tanto Baigorria como Cabral morirían en esa heróica acción.
La llegada del grupo de Bermúdez, impidiendo que los realistas se reorganizaran en cuadro, completó la victoria de San Martín, obligando a los realistas a huir apresuradamente. Algunos realistas se arrojaron al río desde la barranca y perecieron ahogados. El combate duró, en total, alrededor de 15 minutos.
Este combate constituyó el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo.
Pese a lo escaso de las tropas comprometidas, y a la escasa duración de la batalla, ésta tuvo consecuencias estratégicas: no hubo más campañas de los realistas de Montevideo hacia el río Paraná, y la ciudad comenzó a tener problemas de abastecimiento. Éstos llevarían, mucho más tarde, a su caída en manos de las tropas de Buenos Aires.
San Martín se expuso al fuego enemigo hasta el punto de que en este combate casi perdió la vida. Para explicar este hecho, téngase en cuenta que en esa época muchos de los oficiales principales encabezaban los combates para ser ejemplo de sus subordinados, el otro motivo parece haber sido disipar las sospechas que pudieran haber sobre la fidelidad de San Martín: tras décadas de vida en España, aún mantenía acento peninsular, y se sospechaba que fuera un agente realista (proespañol).
Parte de notificación del combate
Parte del combate de San Lorenzo, suscrito por el coronel José de San Martín al superior gobierno.
Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V. E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V. E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Velez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.
El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V. E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
Dios guarde a V. E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.
Coronel José de San Martín
Marcha San Lorenzo
Letra: Carlos Javier Benielli; música: Cayetano. A. Silva.
Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordos ruidos
oír se dejan de corceles y de acero.
Son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y a la voz del gran jefe
a la carga ordenó.
Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón (bis).
Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor (bis).
Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí salvó su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral! (bis)
Referencias
Historia Argentina y Americana de Ricardo Levene y Ricardo Levene (hijo).
El historiador argentino Felipe Pigna ha señalado en reiteradas opotunidades que es ampliamente aceptado por la comunidad de historiadores que la batalla de San Lorenzo fue más una escaramuza que una batalla propiamente dicha. Véase Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina.
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Historia de la Fanfarria Alto Perú
La fanfarria militar “Alto Perú”, del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín”, fue creada el 18 de febrero de 1926 por propuesta del ministro de guerra, que decía:
VISTO el expediente M.129 del Regimiento 1º de Caballería Escolta Presidencial “Granaderos a Caballo – General San Martín”, lo informado por el señor Inspector General del Ejército y teniendo en cuenta las funciones que le corresponden como Regimiento Escolta de su Excelencia el Señor Presidente de la Republica;
El Ministro de Guerra
Resuelve:
1º organícese la banda de música para el regimiento Nº 1 de Caballería Escolta Presidencial “Granaderos a caballo General San Martín”, con el personal que actualmente tiene, completándolo hasta el número de treinta y tres con personal de las bandas de música de los institutos y cuerpos de infantería del ejército, a razón de uno por unidad. En el año 1971 por orden del día del regimiento Nº 218/71, se le imponen distintas denominaciones a cada subunidad del regimiento, correspondiéndole a la fanfarria militar la de “Alto Perú”.
En nuestros días, la fanfarria militar “Alto Perú” como parte del regimiento, cumple con la misión de escoltar al señor presidente de la República, a otros dignatarios extranjeros que visitan nuestro país, como también recibir a embajadores en el momento de acreditarse como tales.
Tras la visita a nuestro país en el año 1997 del presidente de Francia Jacques Chirac, la fanfarria fue invitada a participar del “II Festival Internacional de Música Militar” realizado en la ciudad de Niza, convirtiéndose en la primer banda o fanfarria que haya pisado suelo europeo.
Difusión del patrimonio musical argentino
La Fanfarria Militar “Alto Perú”, como parte del proyecto de difundir el patrimonio musical argentino, ha realizado la grabación de dos discos compactos, uno de marchas para caballería y otro con canciones patrióticas argentinas en conjunto con el coro de la Universidad de Belgrano. En todos los tiempos, los toques militares han existido y han animado a los ejércitos, especialmente a las unidades de caballería que los necesitaba para transmitir las órdenes.
Se la denomina fanfarria por las características de sus instrumentos, compuestos por instrumentos metálicos, de manera de poder ejecutar los sones a caballo y en movimiento. Por extensión también se reconoce como tal a aquellos agrupamientos que se encuentran capacitados para interpretar música montados a caballo. Los oficiales, suboficiales y soldados de la fanfarria usan en la manga izquierda de su uniforme el escudo «yo soy de los vencedores de pasco» que fuera otorgado por el capitán general y en jefe del Ejército Unido Libertador del Perú, el 18 de diciembre de 1820, a los granaderos que participaron en la batalla, librada el 6 de diciembre de 1820 por una división del ejército libertador al mando del general Juan Antonio de Arenales en las Sierras del Alto Perú, cerca de la ciudad de Pasco.
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