«Ayuda, Ayuuuda, Ayuuuuuda», se pudo escuchar ayer en la sala 7 del Centro de Justicia Penal de Rosario, la una voz de una mujer que gritaba desesperada en un audio de unos cinco segundos de duración, que fue puesto ayer durante la sexta jornada del juicio por la desaparición de Paula Perassi. Ante una sonrisa imposible de describir del imputado Gabriel Strumia, y el interrogante de descubrir si se trataba o no de la voz de la mujer desaparecida el 18 de septiembre de 2011.
El casette, fue incorporado como prueba por pedido de la fiscalía mientras era interrogado el testigo Adrián Hernández, actual Inspector de policía, quien presta servicios en la Dirección Provincial de Asuntos Internos de la provincia de Santa Fe. La cinta de donde procede ese pedido de ayuda en el minuto 35:30 corresponde a una etapa de intervención de la línea fija de la familia Strumia desde el 3 de octubre al 6 de octubre de 2011.
La fiscalía sostiene que tanto Gabriel Strumia como su mujer Roxana Michl plantaron esa prueba falsa, conociendo de antemano que esa línea estaba intervenida ( avisados por la policía) y realizaron una autollamada. Esa teoría la ratificó el policía Hernández quien sostuvo que se escuchaba el tono de llamada detrás de la línea: «Me hace suponer que se levantó el tubo, que alguien levantó el teléfono».
En anteriores declaraciones en la justicia sanlorencina tanto Alberto Perassi, como Alicia Ostri negaron que la voz de ayuda fuera la de su hija Paula y señalaron que podría tratarse de Roxana Michl.
Hernández, quien estuvo a cargo de la investigación durante los primeros días de mayo de 2014 como numerario de la división de apoyo operativo, de la unidad especial de asuntos internos, trabajó en la causa con la oficial auxiliar Mariana Olivieri (ver nota), realizando tareas de campo y de escuchas telefónicas de los imputados tanto civiles como los policías investigados.
En el marco de esas investigaciones que se realizaron en las localidades de Timbúes, Puerto San Martín y San Lorenzo, se buscó donde residía Mirta Rusñiski, imputada por el hecho de aborto.
También se corroboró otro testimonio, el de Nicolás Strumia, hijo de Roxana y Gabriel quien declaró haber visto el día 29 de noviembre de 2011 a Paula Perassi, en una garita de colectivo en ruta 11 y Avenida Córdoba de Puerto General San Martín, cuando viajaba a bordo de un colectivo 35/9 de Puerto a San Lorenzo a buscar la libreta de calificaciones a la Escuela de Enseñanza Técnica nº 477.
«Nos constituimos en la escuela técnica 477 de San Lorenzo, donde era alumno el joven Nicolás Strumia. En el lugar entrevistamos a la regente, Alejandra Nicola, y le consultamos de los dichos de Nicolás: él había dicho que iba a la escuela y que había visto a Paula y él se dirigía a buscar la libreta de calificaciones. Era el día 29 de noviembre del año 2011. Le consultamos a la regente y nos dijo que era imposible en esa fecha que se retiren las libretas de calificaciones ya que se entregaban a partir del 10 de diciembre en adelante».
La defensa de Mirta Rusñiski preguntó a Hernández si durante las tareas de campo encontró alguna conexión entre la mujer con los otros imputados:»No encontré relación en ese momento entre Rusñiski y Strumia, tampoco con Díaz y Michl», respondió Hernández.
En el allanamiento de la casa de Rusñiski en el año 2014 en Timbúes, el policía dijo que hubo canes rastreadores de huesos cadavéricos y que no hubo resultados positivos en el domicilio de la mujer.
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